Exploración Endoscópica del Tubo Digestivo

Un Viaje desde la Boca hasta el Esófago

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A través de una endoscopia alta se explora el tracto digestivo superior, desde la cavidad oral hasta el duodeno. En este primer post haremos un recorrido desde la boca hasta la unión gastroesofágica, justo antes de pasar al estómago. En próximas entregas, nos adentraremos en otras zonas del tubo digestivo. Este recorrido detalla las afecciones más comunes que pueden presentarse en cada segmento anatómico.

Existen diversas patologías que pueden afectar la faringe y el esófago, como los tumores epidermoides, los divertículos de Zenker y epifrénico, la esofagitis eosinofílica y las infecciones tanto por hongos como por el virus del papiloma en el esófago. Además, son comunes la hernia de hiato y las complicaciones del reflujo gastroesofágico, una condición frecuente.

Entrada a la boca y campanilla o uvula

Visualización y diagnóstico de lesiones en el tracto gastrointestinal

Para diagnosticar posibles lesiones en el tubo digestivo, se emplea un endoscopio. Durante el procedimiento, la boca del paciente se protege con una boquilla de plástico o un mordedor, que evita daños en los labios y dientes y mantiene la boca abierta mientras se realiza el diagnóstico y tratamiento.

El endoscopio se introduce entre la lengua y el paladar, avanzando hasta alcanzar la base de la lengua, donde se localizan, primero la úvula (o campanilla) y, más abajo, el cartílago de la epiglotis . Desde allí, se accede a la parte inferior de la faringe, conocida como hipofaringe. A los lados de la laringe se encuentran los senos piriformes. Desde el inicio de la hipofaringe, a cierta distancia, podemos verla epiglotis, seguida de la laringe. Al aplicar una leve presión entre la pared posterior de la laringe y el final de la hipofaringe, se accede al esófago cervical.

Senos piriformes y cuerdas vocales

Beneficios de la Endoscopia Digestiva en el Diagnóstico Temprano

Uno de los aspectos más destacados de la endoscopia es su capacidad para identificar anomalías de manera temprana y precisa. Gracias a la tecnología de imagen en alta resolución, los médicos pueden detectar lesiones en el revestimiento del esófago y el estómago, así como inflamaciones y posibles fuentes de sangrado. Al capturar imágenes claras y en tiempo real, el endoscopio permite realizar diagnósticos inmediatos y, en muchos casos, tomar muestras de tejido para su análisis en el laboratorio.

Este procedimiento resulta vital para pacientes con síntomas persistentes de reflujo o dolor abdominal, ya que permite identificar las causas subyacentes de estos síntomas y proporciona una base sólida para planificar un tratamiento eficaz. Además, la endoscopia no solo permite el diagnóstico, sino también la intervención directa. Por ejemplo, en casos de pólipos o pequeñas lesiones, el médico puede extraerlos durante la misma sesión endoscópica, evitando la necesidad de una cirugía posterior.

Close up doctor's gloved hand with endoscope during diagnostic gastroscopy or colonoscopy in clinic

Tumores en la faringe o laringe

Aunque la faringe y la laringe suelen corresponder a la especialidad de otorrinolaringología, los endoscopistas digestivos también deben descartar la presencia de tumores epidermoides precoces en estas áreas, especialmente en personas fumadoras y en aquellas que consumen alcohol. Durante la gastroscopia, la detección de estos tumores se facilita con técnicas de imagen endoscópica mejorada, como el BLI (Blue Light Imaging), que permite visualizar estos tumores debido al mayor desarrollo de los vasos sanguíneos en la zona.

Esofago alto

Explorando el esófago: la conexión entre boca y estómago

El esófago es una parte recta del tubo digestivo y se divide en tres secciones: proximal, media y distal. Presenta cuatro puntos de estrechamiento, que incluyen la entrada a través de la zona cricofaríngea y compresiones causadas por el arco aórtico, el bronquio principal izquierdo, la aurícula izquierda y la unión esofagogástrica.

En algunos procedimientos, como la miotomía endoscópica peroral (POEM), pueden observarse marcas en la pared posterior del esófago correspondientes a las vértebras de la columna vertebral cuando el paciente se coloca en posición supina (acostado boca arriba).

Diverticulo de Zenker

Bolsa en el esófago: entendiendo el divertículo de Zenker

El divertículo de Zenker, denominado así en honor al anatomista y patólogo Friedrich Albert von Zenker, es una especie de “bolsa” que se desarrolla en la parte superior del esófago, en la zona de conexión con la parte baja de la garganta (hipofaringe).

Este divertículo se origina debido al debilitamiento de la pared muscular del esófago, un fenómeno común en personas mayores, lo que provoca que una porción del esófago sobresalga hacia el exterior.

Las personas con un divertículo de Zenker pueden experimentar síntomas como dificultad para tragar (disfagia), sensación de que los alimentos se quedan atrapados en la garganta, regurgitación de alimentos no digeridos e incluso mal aliento.

Durante una endoscopia, el divertículo de Zenker se observa como una cavidad o saco que se abre en el esófago. El endoscopista debe tener cuidado de no aplicar demasiada presión al introducir el endoscopio, para evitar la posibilidad de perforar el divertículo si está presente.

La imagen obtenida durante la endoscopia es esencial para el diagnóstico, ya que permite observar directamente el divertículo y determinar su tamaño y localización exacta.

En la parte superior de la imagen endoscópica, generalmente se observa una zona de fruncimiento de la mucosa, que marca la verdadera entrada al esófago. Entre el esófago y la pared del divertículo se forma un septo, el cual puede ser cortado mediante una técnica endoscópica conocida como «diverticulotomía».

Diverticulo epifrenico

Divertículo epifrénico del esófago

Los divertículos epifrénicos se desarrollan en la parte inferior del esófago, cerca del diafragma, y suelen estar asociados a problemas de motilidad. En muchos casos no presentan síntomas, pero pueden causar disfagia, dolor torácico o regurgitación en quienes los tienen. El tratamiento endoscópico incluye técnicas avanzadas como la división del septo endoscópico.

Esofagitis eosinofilica

Otras condiciones que se pueden diagnosticar en el esófago

La esofagitis eosinofílica es una enfermedad inflamatoria del esófago caracterizada por la acumulación de eosinófilos en la mucosa. Esta condición se asocia a otras alergias y provoca dificultad para tragar y episodios en que los alimentos quedan atrapados en el esófago. Durante una endoscopia, la “traquealización” del esófago es uno de los hallazgos característicos, donde el tejido toma una apariencia similar a la tráquea, con anillos visibles.

Polipitos en el esofago por infeccion del virus del papiloma humano efe

Virus del papiloma humano en el esófago

Los papilomas esofágicos son lesiones poco comunes que afectan la capa superficial del esófago, conocida como epitelio. Generalmente, se descubren de manera incidental durante una esofagogastroduodenoscopia (EGD).

Aunque la causa exacta no se entiende completamente, se sospecha que la irritación crónica de la mucosa, como la que puede ser provocada por el reflujo gastroesofágico o la infección por el virus del papiloma humano (VPH), podría contribuir al desarrollo de estas lesiones.

Dado que se han reportado casos de transformación en carcinoma de células escamosas, se recomienda la extirpación de estos papilomas.

El tratamiento suele implicar una resección endoscópica. Dado que estos papilomas son generalmente pequeños, a menudo una pinza de biopsia es suficiente para su eliminación.

En el caso de lesiones más complicadas, se emplean técnicas como la polipectomía con asa de polipectomía, la resección mucosa endoscópica (EMR) o la disección submucosa (DSE), aunque el uso de estas técnicas más avanzadas es raro.

Hernia de hiato

La hernia de hiato y su relación con el reflujo gastroesofágico

La hernia de hiato ocurre cuando una porción del estómago se desplaza hacia el tórax a través del hiato esofágico, lo que facilita el reflujo del ácido estomacal hacia el esófago. Durante una endoscopia, la hernia de hiato puede observarse en retroflexión o en visión directa, lo cual permite un examen detallado y la identificación de lesiones en el área.

La esofagitis por reflujo es una inflamación del esófago provocada por la exposición repetida al ácido estomacal. Durante una endoscopia, la esofagitis moderada aparece como áreas de enrojecimiento en la mucosa esofágica, indicando una inflamación que aún no ha desarrollado complicaciones graves.

Anillo de Schatzki

Anillo de Schatzki

El anillo de Schatzki es una delgada banda de tejido ubicada en la porción inferior del esófago, justo en la zona de transición entre las mucosas del esófago y el estómago.

Cuando este anillo se estrecha considerablemente, puede generar dificultades para tragar, especialmente con alimentos sólidos como carne o pan, lo que se conoce como disfagia.

Aunque muchas personas con un anillo de Schatzki no presentan síntomas, en los casos donde el anillo se vuelve suficientemente estrecho, puede obstruir el paso de los alimentos, lo que genera una impactación alimentaria.

Estas impactaciones pueden provocar sialorrea, que es la incapacidad para tragar la saliva, obligando al paciente a escupirla. En algunos casos, los pacientes acuden a urgencias debido a la sensación incómoda en el pecho y con la saliva acumulada en un recipiente.

En la endoscopia, el anillo de Schatzki se observa como un estrechamiento en forma de anillo concéntrico en la parte inferior del esófago.

Si este estrechamiento impide el paso del endoscopio, se debe recurrir a un tratamiento, como la dilatación, para ensanchar el esófago y mejorar la capacidad de deglución.

Esofago de Barrett

Esófago de Barrett

El esófago de Barrett es una alteración en la mucosa del esófago que ocurre cuando su revestimiento normal se ve reemplazado por un tejido similar al del intestino, debido a una exposición prolongada al ácido estomacal, comúnmente provocada por el reflujo gastroesofágico crónico.

Este cambio en la estructura celular del esófago, denominado metaplasia intestinal, incrementa el riesgo de desarrollar cáncer esofágico, lo que hace necesario un seguimiento médico.

Aunque no suele causar síntomas adicionales, los pacientes con esófago de Barrett pueden experimentar los mismos síntomas que aquellos con reflujo gastroesofágico, como acidez estomacal o regurgitación.

Durante la endoscopia, el esófago de Barrett se caracteriza por áreas rojizas y aterciopeladas que sustituyen el revestimiento normal del esófago, que es de color más pálido.

Para mejorar la visualización de estas zonas, se puede aplicar una solución diluida de vinagre (ácido acético), que hace que las áreas afectadas por el esófago de Barrett adquieran un color blanquecino, facilitando la identificación y delimitación de las zonas afectadas.

Esta técnica es útil para identificar áreas precancerosas que requieran un seguimiento más riguroso, ya que estas áreas suelen perder su tinción rápidamente y tornarse rojizas más rápidamente.

Estenosis esofagica

Estenosis Esofágica

La estenosis esofágica es una complicación que puede ocurrir después de una cirugía, cuando se desarrolla tejido cicatricial en el esófago, lo que causa un estrechamiento de su diámetro. Este fenómeno puede suceder tras procedimientos quirúrgicos en el esófago, como una resección por problemas benignos o malignos. El reflujo intenso o el antecedente de ingesta de cáusticos también pueden provocar cicatrices que llevan al desarrollo de estenosis.

El estrechamiento del esófago dificulta el paso de los alimentos, lo que provoca síntomas como dificultad para tragar (disfagia), dolor al comer, y en casos más graves, la incapacidad de ingerir sólidos o incluso líquidos.

En una endoscopia, la estenosis esofágica se observa como un área donde el esófago está significativamente más estrecho, mostrando una transición abrupta entre el revestimiento esofágico normal y la zona afectada. El tejido cicatricial suele aparecer pálido y rígido, aunque en algunos casos también puede haber signos de inflamación.

Dependiendo de su gravedad, este estrechamiento puede ser tan significativo que dificulte el paso del endoscopio, o incluso lo impida sin un procedimiento de dilatación.

La dilatación endoscópica es el tratamiento más común para la estenosis. En este procedimiento, el médico inserta un balón de dilatación a través del endoscopio y lo coloca en la zona estrechada del esófago. Luego, el balón se infla lentamente, lo que expande el tejido cicatricial y permite que el esófago recupere su diámetro funcional.

Después de la dilatación, la endoscopia muestra un aumento en el diámetro de la zona previamente estrecha, lo que facilita el paso de alimentos y líquidos y mejora los síntomas del paciente.

Varices esofagicas

Varices Esofágicas

Las varices esofágicas son venas dilatadas anormalmente que se desarrollan en el esófago debido a la hipertensión portal, una complicación frecuente en personas con cirrosis hepática.

Cuando el hígado se ve gravemente afectado por la cirrosis, el flujo sanguíneo normal se ve interrumpido. Esto eleva la presión en la vena porta, que es la principal vena que transporta sangre desde los órganos digestivos al hígado. Como resultado, la sangre busca caminos alternativos, lo que provoca la dilatación de las venas en el esófago.

Estas varices son muy peligrosas, ya que las paredes de las venas se adelgazan y pueden romperse fácilmente, lo que conlleva el riesgo de hemorragias graves y, en algunos casos, mortales.

Durante una endoscopia, las varices esofágicas se observan como venas prominentes y tortuosas que sobresalen de la pared del esófago. En etapas tempranas, las venas pueden aparecer como pequeños bultos, pero a medida que la hipertensión portal se agrava, las varices se agrandan y sobresalen más en la luz del esófago.

En fases avanzadas, las varices pueden ocupar gran parte de la circunferencia del esófago y se presentan como cordones azulados o violáceos que sobresalen visiblemente. En algunos casos, también pueden evidenciarse signos de sangrado reciente, como coágulos o puntos de ruptura en las varices.

El riesgo de hemorragia es alto en personas con cirrosis avanzada, por lo que detectar y tratar las varices esofágicas a tiempo mediante endoscopia es esencial. En este procedimiento, además de la observación, se pueden emplear tratamientos como la ligadura con bandas elásticas o la inyección de sustancias esclerosantes para controlar o prevenir el sangrado.

Os dejamos la entrevista completa en EFEsalud para que podáis verla en video: Clic aquí

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