Los 5 problemas anorrectales más frecuentes:

Guía clara para reconocerlos y solucionarlos

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Casi siempre se hace cuesta arriba. Nos referimos a acudir al médico para consultar por problemas en el ano o enfermedades del recto.

En nuestro blog no hay temas tabú. Hablar de un asunto íntimo con un desconocido, aunque sea un profesional experto, en fin… puede no ser la experiencia más agradable que se te ocurra. Es comprensible.

Que le cuentes a un médico que te duele el ano cuando haces la deposición o que ves gotas de sangre en el papel higiénico cuando te limpias, puede requerir dejar la “vergüenza” a un lado. Incluso, en ocasiones, enfrentarte a tus miedos. Puedes llegar a sospechar que el problema no es benigno. No te preocupes. Todo esto es parte de nuestra especialidad y te entendemos bien. Ten en cuenta que esconder la cabeza bajo la arena es para los avestruces.

En esta entrada de nuestro blog te animamos a que te liberes de esas reservas. Sobre todo, porque, en su mayoría, tienen tratamiento y puedes estar mejor.

A continuación, te contamos lo más importante sobre las enfermedades del recto y los problemas en el ano.

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El origen de las enfermedades del recto y los problemas en el ano

En medicina, conocer las causas de los problemas que padecemos suele ayudar a resolverlos. Cuando se trata problemas anales o del recto no es muy diferente. Existen algunos factores que predisponen a problemas en esta región. Los más frecuentes son:

  • Estreñimiento crónico: El estreñimiento crónico puede causar una tensión excesiva durante la deposición. Esto puede dañar el tejido anal y provocar hemorroides o fisuras anales.
  • Diarrea crónica: La diarrea crónica también puede causar irritación del tejido anal y provocar hemorroides o fisuras anales.
  • Embarazo: Durante el embarazo, la presión del útero aumentando de tamaño por el feto en crecimiento suele aumentar la presión sobre las venas del área rectal y anal. Las hemorroides durante la gestación son muy frecuentes.
  • Envejecimiento: A medida que envejecemos, los tejidos de sostén de diferentes zonas del cuerpo se debilitan y pueden ser más propensos a este tipo de lesiones y trastornos. ¿Te has fijado que, a algunas personas más mayores, les cuelga la piel de los brazos? Es porque los músculos y otros tejidos ya no sostienen tan bien como cuando eran más jóvenes. Pues esto también puede estar en el origen de las enfermedades del recto y los problemas en el ano.
  • Obesidad: El aumento excesivo de peso puede ejercer presión sobre las venas del área rectal y anal, lo que puede hacer que se distiendan dando lugar a las hemorroides.

Otros factores que suelen predisponer a problemas en la zona son el sexo femenino, un estilo de vida sedentario, el consumo de tabaco y alcohol y una dieta con poca ingesta de fibra.

Enfermedades del recto y ano: Síntomas

Los síntomas relacionados con las enfermedades benignas anorrectales tienden a solaparse. El dolor, el sangrado y la presencia de bultos en la zona son formas de presentación comunes a casi todos estos problemas.

Hemorroides:

Las hemorroides son venas hinchadas en la zona de transición entre el pequeño canal que forma el ano y la parte final del recto. Pueden causar dolor, sensación de picor y sangrado rectal. Si exploras la zona con un espejo, puedes notar un bulto en esa zona. Cuando se forma un coágulo en su interior hablamos de trombosis hemorroidal. Entre sus causas más frecuentes están el estreñimiento crónico, la obesidad, el embarazo y el esfuerzo excesivo durante la evacuación intestinal. Las colgajos cutáneos alrededor del ano representan piel redundante residual de episodios previos de inflamación y trombosis de las hemorroides. En esta última fase no causan dolor ni requieren tratamiento.

Qué son las hemorroides y cómo se clasifican: Un resumen práctico

Las hemorroides son venas normales del canal anal. Hablamos de enfermedad hemorroidal cuando se dilatan o inflaman y dan síntomas. Se clasifican por su localización y por el grado de prolapso:

  • Internas: Se localizan por encima de la línea dentada, que es la transición entre la piel y la mucosa del recto. Suelen provocar un sangrado rojo vivo con la deposición o pueden prolapsarse, esto es, salirse por en canal del ano.
  • Externas: Se encuentran por debajo de la línea dentada. Cuando se trombosan provocan dolor agudo y se forma un bulto azulado doloroso en el borde del ano. Si no están trombosadas, a menudo son asintomáticas y pueden dejar colgajos cutáneos tras resolverse.
  • Grados de prolapso: Se habla de hemorroides grado I cuando no asoman, grado II si asoman y se vuelven espontáneamente a su lugar, grado III si requieren reducción manual y de grado IV si no se pueden volver a colocar en su lugar ni espontáneamente ni con ayuda manual.

El estreñimiento, el esfuerzo, el embarazo y la diarrea pueden empeorar los síntomas. También pueden confundirse con hemorroides algunos otros problemas anorrectales como la fisura anal, aunque suele inducir un dolor punzante con la deposición, el absceso o la fístula (más abajo te damos más detalles), masas anales, que si sangran suelen provocar sangrado fuera de la deposición o varices anorrectales en pacientes con cirrosis.

Enfermedades del ano fotos - Trombosis hemorroidal externa
Trombosis hemorroidal externa

Fisura anal:

Una fisura anal es una pequeña ruptura en la piel del canal anal. Suelen estar en la vertiente posterior, que es la zona que soporta más presión durante la deposición. La zona anterior es la siguiente en frecuencia para que aparezca este problema del ano. Produce un típico dolor con la defecación, que suele persistir un tiempo después, y un sangrado rojo brillante que mancha el papel higiénico. Las fisuras anales suelen estar causadas por el estreñimiento crónico, pero también pueden aparecer si tienes diarrea persistente.

Si no se te acaba de cerrar y se mantienen los síntomas durante 8 – 12 semanas, hablamos de fisura anal crónica. Que evolucione de esta manera suele deberse a un espasmo asociado del esfínter del ano que produce problemas en la irrigación microvascular de la zona (isquemia). La fisura anal crónica muestra bordes sobresalientes y leve hinchazón. No es raro que se puedan ver las fibras del esfínter anal interno en el fondo de la fisura. Entre las características típicas de las fisuras crónicas se incluyen un colgajo de piel en la vertiente más externa de la fisura y una papila anal hipertrofiada en el canal anal, en la zona más cercana al recto. Los pacientes suelen describirlo como una hemorroide dolorosa, mientras que la segunda puede observarse en la anuscopia o en la rectoscopia, durante la maniobra de retroflexión.

Enfermedades del ano fotos - Fisura anal aguda
Fisura anal aguda

Abscesos anales:

Un absceso anal es una acumulación de pus cerca del ano que puede causar dolor, fiebre, malestar general y enrojecimiento de la zona. Los abscesos anales suelen tener su origen en una infección bacteriana de las glándulas cercanas al orificio del ano.

Enfermedades del ano fotos - Abscesos perianales
Abscesos perianales

Fístulas anales o perianales: 

Una fístula es una conexión anormal entre una zona y otra del organismo, una especie de diminuto túnel. En este caso, entre el canal anal o la parte final del recto y la piel cercana. Su origen suele estar en la infección de las glándulas del ano. También produce dolor, enrojecimiento y secreción de pus. Los pacientes que padecen enfermedad de Crohn pueden presentar fístulas y requieren de una evaluación especialmente cuidadosa y tratamientos específicos.

Proctalgia fugax:

Es una sensación de dolor rectal o anal intenso que dura solo unos segundos. En todo caso, menos de 20 minutos. La presencia de hemorroides, fisura anal u otras condiciones no excluyen el diagnóstico. Se desconoce a qué se debe y no se han identificado desencadenantes.

Enfermedades del ano fotos

Enfermedades del ano en mujeres

Las enfermedades anales benignas, como hemorroides, fisuras anales, abscesos, fístulas y proctalgia fugax, presentan algunas diferencias en su prevalencia y consecuencias entre mujeres y hombres.

  • Hemorroides: Aunque las hemorroides son comunes en ambos sexos, las mujeres suelen tener una mayor probabilidad de padecer este problema del ano y el recto durante el embarazo y el posparto. Esto se debe a factores como el aumento de la presión intraabdominal y el estreñimiento, que son frecuentes en estas etapas.
  • Fisuras anales: Las fisuras anales en la zona anterior del ano son más habituales en mujeres, y suelen estar asociadas a lesiones ocultas del esfínter y disfunción del esfínter anal externo (un músculo circular que permite que el ano se cierre a voluntad), especialmente después de un parto traumático. En mujeres que han tenido fisuras anales después del parto, se ha observado que la presión anal es más baja, lo que sugiere que la hipertensión del esfínter puede no ser siempre la causa de estos problemas anales.
  • Abscesos y fístulas: Los abscesos anorrectales se ven con mayor frecuencia en hombres, pero en las mujeres, las fístulas anales suelen ser más complejas debido a la anatomía de la zona. Además, las fístulas con una apertura externa anterior son más comunes en mujeres, especialmente en aquellas con enfermedad de Crohn.
  • Proctalgia fugax: No se han encontrado diferencias significativas en la prevalencia de la proctalgia fugax entre hombres y mujeres. Esta condición, que aún no se entiende completamente, podría estar relacionada con espasmos en el esfínter anal interno (el músculo circular que no puedes controlar de forma voluntaria).

En resumen, las mujeres tienen una mayor tendencia a desarrollar fisuras anales anteriores y problemas hemorroidales durante el embarazo y el posparto. Por otro lado, los hombres tienen más probabilidades de sufrir abscesos anorrectales. Además, las fístulas anales en mujeres suelen ser más complejas, lo que se atribuye a la anatomía específica del esfínter anterior del ano.

Estas diferencias son importantes para entender mejor las enfermedades del ano en mujeres y hombres, así como para manejar los problemas en el ano de manera más eficaz. Conocer estas diferencias nos ayuda a tratar adecuadamente las enfermedades en el ano y recto en cada sexo, optimizando el cuidado y la atención médica.

Pruebas en las enfermedades del recto y problemas en el ano

Antes de nada, conviene confirmar el origen de los síntomas con: inspección externa, tacto rectal y anuscopia.

• Si hay sangrado no ligado a la deposición, anemia ferropénica, cambio reciente del ritmo intestinal, dolor abdominal o antecedentes familiares de cáncer colorrectal, se debería indicar una colonoscopia.

• En personas <40 años con sangrado escaso intermitente y hallazgo claro anorrectal, puede bastar con una rectosigmoidoscopia. Sin embargo, con la incidencia creciente del cáncer colorrectal en los jóvenes, se tiende cada vez más a realizar colonoscopias también en estos casos.

El diagnóstico de la enfermedades del recto y ano de causa benigna generalmente implica una exploración física. El médico debe mirar la zona y suele, además, realizar un examen digital o tacto rectal. Suele ser muy útil para determinar si hay problemas en el ano. Si quedan dudas con lo que se visualiza en la exploración o hay que descartar otras enfermedades asociadas te pedirán una sigmoidoscopia (ver solo la zona izquierda del colon) o una colonoscopia (ver todo el colon completo por endoscopia), para evaluar si también hay lesiones en el recto.

Cuando es necesario definir bien los trayectos que siguen las fístulas, puede ser necesario realizar una ecografía endoanal. En esta prueba se introduce una sonda de ecografía por el ano para visualizar con ultrasonidos los músculos y otros tejidos cercanos al recto y el ano. Una prueba de imagen por resonancia magnética puede dar información complementaria.

Si se sospechan problemas rectales para lograr una adecuada evacuación de las heces te pueden solicitar una manometría anorrectal. En esta prueba introducirán una sonda con un globo que mide las presiones en el canal del ano y en el recto. Con ello se logra saber si la función de los músculos que integran el llamado “suelo pélvico” es o no la adecuada.

Encuentra la solución

El tratamiento depende de la afección subyacente y la gravedad de los síntomas. A menudo, se pueden tratar con éxito con cambios en el estilo de vida. Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario un tratamiento médico más agresivo, incluyendo una cirugía.

A continuación, te contamos algunas opciones de tratamiento para la patología anorrectal benigna:

Hemorroides: medidas a tomar y opciones de tratamiento

Las hemorroides pueden tratarse aumentando la ingesta de fibra y agua, haciendo ejercicio regularmente y evitando el estreñimiento. Los medicamentos en forma de pomada que contienen antiinflamatorios, anestésicos y corticoides pueden reducir la inflamación y la incomodidad. En casos que no responden al tratamiento habitual, se pueden necesitar procedimientos médicos, como la ligadura con bandas elásticas por endoscopia. En los casos más importantes, se suele recomendar una cirugía hemorroidal. En cuanto a la trombosis, el intenso dolor que genera puede resolverse extrayendo el coágulo formado en su interior con una pequeña cirugía. El tratamiento más conservador también es útil, sobre todo cuando ya han pasado algunos días, dado que el problema acabará por resolverse solo.

Tratamiento escalonado de los problemas hemorroidales

  1. Hábitos y fibra: Intenta aumentar el consumo de fibra hasta 20–30 g al día entre fruta, verdura, cereales integrales o psyllium. Como lo de calcular la cantidad de fibra en la dieta no es fácil, te dejamos una tabla orientativa al final de este post. Casi seguro que crees que ya tomas mucha. Sin embargo, podrás comprobar que, frecuentemente, nos quedamos cortos de fibra. También debes beber 5–6 vasos de agua al día. Evita forzar y limita el tiempo que pasas en el inodoro (objetivo: <3 minutos). Recuerda las siglas TONE (T: tiempo máximo de 3 min para realizar la deposición, “Once-a-day”: 1 vez/día, No forzar, Suficiente “Enough” fibra) reduce sangrado y prolapso a largo plazo.
  2. Tratamiento médico: pomadas con corticoide y anestésico para los brotes leves; los flebotónicos (flavonoides o dobesilato cálcico) pueden reducir el sangrado y el picor, aunque los síntomas tienden a recurrir al suspenderlos.
  3. Procedimientos terapéuticos en hemorroides internas grado I–III:
    • Ligadura con banda elástica (LBE): Es la opción de primera línea si persisten los síntomas. Consigue el control en la gran mayoría de los casos y se puede repetir si vuelven a aparecer. Si tomas anticoagulantes o antiagregantes, debes avisar previamente porque puede ser preciso suspenderlos.
    • Escleroterapia (p. ej., polidocanol espumado): Parece que induce menos dolor postprocedimiento, pero es algo menos eficaz que la LBE para controlar el sangrado o el prolapso a medio plazo.
    • Coagulador de infrarrojos: Es una alternativa útil para reducir sangrado y prolapso leves.
  4. Cirugía (hemorroidectomía): Se suele reservar para los grados III–IV con prolapso importante, enfermedad mixta (hemorroides externas e internas) o fracaso de otras técnicas. La hemorroidectomía tiene baja probabilidad de recidiva, a costa de más dolor y un período de convalecencia más largo (aprox. 1–2 semanas). La desarterialización hemorroidal transanal suele doler menos, pero recidiva más que la hemorroidectomía clásica.

Tratamiento específico de la trombosis hemorroidal externa:

Notarás un dolor muy intenso y podrás ver un bulto azulado en la región anal.

Las recomendaciones son:

  • Si han pasado menos de 72 horas desde el inicio: extracción del coágulo para aliviarte rápidamente y reducir recurrencias.
  • Si han pasado más de 72 horas: suele preferirse manejo conservador (ablandadores de las heces, analgesia, pomadas con lidocaína 5% y baños de asiento).

Y recuerda que los colgajos cutáneos residuales tras una trombosis hemorroidal son benignos y no precisan tratamiento.

Fisura anal: cómo se trata

Las fisuras anales agudas pueden también tratarse evitando el estreñimiento. Son útiles también los baños de asiento con agua templada. En ocasiones, usar cremas en la zona puede reducir el dolor y la inflamación. En las formas crónicas, pueden necesitarse medicamentos como los nitratos, aplicados en la zona. Su principal inconveniente es que suelen inducir dolores de cabeza. Las fórmulas magistrales con diltiazem y un anestésico local también tienen buenos resultados y tienen una ventaja adicional: te evitas la cefalea. La inyección local de toxina botulínica también es una opción y, en algunos casos, puede ser necesaria una cirugía para corregir la fisura aunque este último tratamiento se reserva para cuando fallan el resto de medidas. El problema de la cirugía es que existe un cierto riesgo de que, con el paso de los años, puedan aparecer escapes de heces.

Enfermedades del ano fotos

A continuación, te proponemos algunas medidas para tratar las fisuras:

  • En fisura aguda, prioriza medidas antiestreñimiento y baños de asiento.
  • En fisura crónica, diltiazem tópico (o nitroglicerina si no se dispone de diltiazem, sabiendo que te puede provocar cefalea).
  • Toxina botulínica es una alternativa eficaz cuando fallan los tópicos o no se toleran.
  • Cirugía: La esfinterotomía lateral interna es muy efectiva, pero se reserva para casos seleccionados por el riesgo de incontinencia a largo plazo; idealmente, hay que conseguirte un equipo de cirujanos con experiencia en suelo pélvico y coloproctología.

Abscesos anales: tratamiento actualizado

Los abscesos anales se tratan típicamente con antibióticos y drenaje quirúrgico para eliminar la acumulación de pus. Como decían los clásicos: “donde hay un absceso, hay que drenarlo”. Salvo casos excepcionales, no es necesario enviar el pus para cultivo microbiológico.

Los antibióticos no se emplean de forma rutinaria; se reservan para pacientes con celulitis extensa, fiebre/sepsis, diabetes, inmunosupresión o en casos de abscesos muy complejos/recidivantes.

Fístulas anales: objetivo y opciones

La cirugía es el tratamiento de elección. El objetivo es eliminar la fístula y que la función de evacuación de las heces se conserve. El tipo de cirugía depende del tipo de fístula. Encontrar un cirujano experto en la materia será tu mejor opción.

En fístulas complejas, puede colocarse un setón (drenaje elástico) para controlar la infección y planificar la técnica definitiva. Las opciones después de eso varían: fistulotomía, colgajos o sellantes.

Proctalgia fugax: qué hacer

Te explicaremos lo benigno del trastorno, lo que te aportará tranquilidad. En todo caso, conviene descartar causas estructurales como fisuras, hemorroides complicadas o masas. Por el momento no hay ningún tratamiento o medida preventiva probada para este trastorno. No te dejes engañar por quien le ofrezca inyección de toxina botulínica u otras medidas para resolver el problema. Pueden ayudar las técnicas de relajación y tratar el estreñimiento.

Unos truquillos para prevenir las enfermedades del recto y ano

Hay varias cosas que se pueden hacer para prevenir estos problemas del ano y del recto. Entre ellas:

  • Mantener una dieta saludable y rica en fibra para prevenir el estreñimiento.
  • Beber suficiente agua para que las heces resulten más blandas y no lesionen la zona cuando pasan por ella.
  • Hacer ejercicio regularmente y evitar el sedentarismo para mantener para mantener un peso saludable y mejorar la función intestinal.
  • Tratar el estreñimiento crónico o la diarrea lo antes posible para evitar daños en los tejidos anorrectales.
  • Evitar estar sentado durante largos períodos de tiempo, especialmente en superficies duras.
  • Evitar fumar y consumir alcohol.

Sin miedo a los problemas en el ano

Cuando hablamos de las enfermedades del recto y ano de causa benigna nos referimos a un término genérico que se utiliza para describir una serie de afecciones no cancerosas que afectan al ano y al recto. No van a comprometer tu salud globalmente, pero sí que afectan significativamente tu calidad de vida.

Dejar a un lado el miedo y la vergüenza por consultar estos problemas es indispensable. Busca atención médica si notas síntomas en la zona, ya que algunos de ellos pueden estar indicando problemas más graves. En su mayoría, sin embargo, pueden tratarse con éxito con cambios en el estilo de vida, en especial, de la dieta.

Si necesitas tratamiento, hay una variedad de opciones disponibles que pueden reducir tus síntomas y mejorar tu calidad de vida.

Consulta sin ningún tipo de compromiso. ICAdig, está para ayudarte.

CANTIDAD DE FIBRA POR PORCIÓN DE ALGUNOS ALIMENTOS

Las cifras que verás a continuación son aproximadas y pueden variar por tamaño, variedad y preparación.

Aumenta la ingesta de fibra de forma gradual y acompáñala de agua para evitar hinchazón y gases.

Puedes intercambiar alimentos de igual “peso” en fibra (p. ej., 1 taza de brócoli contiene una cantidad de fibra similar a la de 2 rebanadas de pan integral).

Porción estándarFibra (g) aprox.
1/2 taza avena en seco (40–45 g)4,0
Plátano mediano3,1
Manzana mediana con piel4,4
Pera mediana5,1
1 taza frambuesas8,0
1 taza brócoli cocido5,1
1 taza zanahoria cruda picada3,6
2 rebanadas pan 100% integral (≈64 g)3,8
1 taza pasta integral cocida5,5
1 taza quinoa cocida5,2
1/2 aguacate (≈100 g comestible)6,7

MENÚS DE EJEMPLO DE INGESTA DE FIBRA PARA CONSUMIR 25 – 30 g/día.

Opción 1: Clásica

ComidaAlimento(s)Fibra (g)
Desayuno1/2 taza de avena en seco + 1 plátano mediano4,0 + 3,1 = 7,1
Comida1 taza de brócoli cocido + 2 rebanadas de pan 100% integral5,1 + 3,8 = 8,9
Cena1 taza de quinoa cocida + 1 manzana mediana con piel5,2 + 4,4 = 9,6
Total 25,6 g

Opción 2: Mediterránea

ComidaAlimento(s)Fibra (g)
Desayuno2 rebanadas de pan 100% integral + 1 pera mediana3,8 + 5,1 = 8,9
Comida1 taza de pasta integral cocida + 1 taza de brócoli cocido5,5 + 5,1 = 10,6
Cena1/2 aguacate (≈100 g comestible) + 1 taza de zanahoria cruda picada6,7 + 3,6 = 10,3
Total 29,8 g

Opción 3: Cereales y frutas

ComidaAlimento(s)Fibra (g)
Desayuno1/2 taza de avena en seco + 1 taza de frambuesas4,0 + 8,0 = 12,0
Comida2 rebanadas de pan 100% integral + 1 taza de zanahoria cruda3,8 + 3,6 = 7,4
Cena1 taza de quinoa cocida + 1 manzana mediana con piel5,2 + 4,4 = 9,6
Total 29,0 g

PREGUNTAS FRECUENTES

¿Cómo sé si el sangrado es “solo hemorroides” o debo hacerme una colonoscopia?

Si tienes 40 años o más o hay cualquier dato de alarma a cualquier edad: sangre mezclada con las heces o fuera de la deposición, anemia ferropénica, cambio reciente del ritmo intestinal, pérdida de peso, dolor abdominal, antecedentes familiares de CCR/adenomas avanzados, deberías hacerte una colonoscopia.

Si tienes menos de 40 años, el sangrado es escaso, intermitente y “de salida” (en papel/inodoro tras defecar) y se observa una lesión anorrectal clara puede valorarse realizar solo una sigmoidoscopia. Si el sangrado persiste o es recurrente y no hay un hallazgo claro en la exploración, lo ideal sería colonoscopia completa. Esto se debe a que cada vez se detectan más casos de cáncer en personas jóvenes.

Si no tienes síntomas ni ningún factor de riesgo personal o familiar para cáncer colorrectal, recuerda que el cribado empieza a los 50 años mediante test de sangre oculta en heces inmunológico.

¿En qué se diferencian las hemorroides internas, las externas y la fisura/proctalgia?

Las internas (por encima de la línea dentada) típicamente causan sangrado rojo vivo con la deposición y/o prolapso; las externas dan dolor agudo si se trombosan y dejan a veces colgajos cutáneos. La fisura se reconoce por dolor punzante posdefecatorio; la proctalgia fugax son episodios breves (segundos–<20 min) de dolor sin lesión visible. 

¿Qué funciona de primeras para las hemorroides?

Como primera línea: 20–30 g de fibra/día, 5–6 vasos de agua, evitar hacer mucha fuerza para realizar la deposición y no “hacer tiempo” en el inodoro; los flebotónicos pueden aliviar síntomas, pero la recidiva es frecuente al suspenderlos. El programa TONE (3 min, 1 vez/día, no forzar, suficiente fibra) reduce el sangrado y el prolapso a largo plazo.

Si no mejoro, ¿qué procedimiento ambulatorio es mejor: ligadura, escleroterapia o infrarrojos?

Para hemorroides internas grado I–III, la ligadura con banda elástica (LBE) es la opción de primera línea (mejores tasas de control que escleroterapia/infrarrojos). La escleroterapia e infrarrojos alivian y suelen doler menos, pero globalmente son menos eficaces que LBE y pueden requerir más retratamientos.

Tengo un bulto azulado muy doloroso que parece una trombosis hemorroidal: ¿qué debo hacer?

Si han pasado ≤72 horas, la evacuación del coágulo en consulta acelera el alivio y reduce recurrencias; si >72 horas, suele preferirse manejo conservador (ablandadores de las heces, analgesia y lidocaína 5% así como baños de asiento).

¿Cuál es el tratamiento más efectivo para la fisura anal crónica?

De primera línea: diltiazem tópico (o nitroglicerina, asumiendo que provoca más cefalea). Si falla o no se tolera, toxina botulínica; la esfinterotomía lateral interna es muy eficaz, pero se reserva por el riesgo, escaso pero real, de incontinencia.

¿Tengo que recibir siempre antibióticos si tengo un absceso anal?

En el absceso anal, el pilar fundamental es el drenaje; no se indican antibióticos de rutina salvo que exista celulitis extensa, datos de sepsis, o haya problemas asociados de inmunidad como en la inmunosupresión o la diabetes

¿Cómo se tratan las fístulas anales?

El objetivo es resolver el problema preservando la continencia. A menudo se coloca un setón (seda) y la técnica definitiva (fistulotomía, LIFT, colgajos, sellantes) se individualiza.

REFERENCIAS:

Wald A, Bharucha AE, Limketkai B, Malcolm A, Remes-Troche JM, Whitehead WE, Zutshi M. ACG Clinical Guidelines: Management of Benign Anorectal Disorders. Am J Gastroenterol. 2021 1;116(10):1987-2008.

Ferdinande K, Dorreman Y, Roelens K, Ceelen W, De Looze D. Anorectal symptoms during pregnancy and postpartum: a prospective cohort study. Colorectal Dis. 2018;20(12):1109-1116.

Gaertner WB, Burgess PL, Davids JS, Lightner AL, Shogan BD, Sun MY, Steele SR, Paquette IM, Feingold DL; Clinical Practice Guidelines Committee of the American Society of Colon and Rectal Surgeons. The American Society of Colon and Rectal Surgeons Clinical Practice Guidelines for the Management of Anorectal Abscess, Fistula-in-Ano, and Rectovaginal Fistula. Dis Colon Rectum. 2022 1;65(8):964-985.

Ashburn JH. Hemorrhoidal Disease: A Review. JAMA. 2025; Publicado online 18 de agosto de 2025. doi:10.1001/jama.2025.13083.

Hawkins AT, Davis BR, Bhama AR, et al. The American Society of Colon and Rectal Surgeons Clinical Practice Guidelines for the Management of Hemorrhoids. Dis Colon Rectum. 2024;67(5):614–623. doi:10.1097/DCR.0000000000003276.

Davids JS, et al. ASCRS Clinical Practice Guidelines for the Management of Anal Fissures. Dis Colon Rectum. 2023;66(2):190–199. doi:10.1097/DCR.0000000000002664.

Management of Hemorrhoids (2024) [Internet]. In: ASCRS Toolkit – FREE Resources. ; 2025. [cited 2025 October 07]. Available from: https://www.ascrsu.com/ascrs/view/ASCRS-Toolkit/2851101/all/Management_of_Hemorrhoids__2024_.

Management of Anorectal Abscess, Fistula-in-Ano, and Rectovaginal Fistula (2022) [Internet]. In: ASCRS Toolkit – FREE Resources. ; 2025. [cited 2025 October 07]. Available from: https://www.ascrsu.com/ascrs/view/ASCRS-Toolkit/2851069/all/Management_of_Anorectal_Abscess__Fistula_in_Ano__and_Rectovaginal_Fistula__2022_.

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