Pólipos de colon: Las cinco opciones de rescate endoscópico que evitan la cirugía

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La detección de pólipos en el colon durante la colonoscopia es frecuente. Por fortuna, la gran mayoría de estos tumores benignos son de pequeño tamaño y sencillos de extirpar para cualquier médico digestivo. La extracción de estos pólipos se denomina técnicamente polipectomía. Si la técnica empleada es algo más complicada, se llama resección endoscópica mucosa (RME) o mucosectomía. Los nombres técnicos dan igual. El caso es que ambos tratamientos tienen unos elevados porcentajes de éxito si la lesión no es muy grande y es fácil de extirpar. Así pues, en la mayoría de las ocasiones, no tendrá usted ningún problema. Sin embargo, hasta en el 20% de los casos, pueden reaparecer donde ya se extirparon.

¿Por qué falla un primer tratamiento endoscópico?.

En ocasiones, el endoscopista que extrae un pólipo no logra realizar la técnica con éxito y quedan restos. Esto puede deberse a: 1.) características especiales del propio pólipo como su forma o la “mala intención” que tengan sus células, 2.) inadecuada inspección de la zona de la resección tras el procedimiento. Puede ser por dificultad para maniobrar o por no dedicar el tiempo suficiente a revisar la zona y 3.) no emplear técnicas complementarias que disminuyen la probabilidad de reaparición de la lesión.
Vuelva al párrafo inmediatamente anterior. Comprobará que dos de las tres variables dependen de la habilidad del profesional que realiza la colonoscopia. Como en cualquier otra profesión, no todos los endoscopistas trabajan igual.

Cirugía para la extirpación de pólipos benignos.

Volvamos donde lo dejamos. Cuando un pólipo reaparece sobre la cicatriz de una resección previa, se denomina recurrencia y entonces sí puede usted tener un problema. Aunque generalmente siguen siendo benignos, un nuevo tratamiento entraña mayor dificultad y los desafíos no le gustan a todo el mundo. Es así.
Por este motivo, es relativamente habitual que se remita al paciente a un cirujano. Este realizará una intervención en la que extirpará la zona del colon en la que asienta la recurrencia. Pero recuerde que el pólipo sigue siendo un tumor benigno y no siempre la cirugía es la mejor elección.
Una intervención quirúrgica, por definición, es más invasiva que la endoscopia. Además, extraer una parte del colon suele alterar su funcionamiento. El paciente puede desarrollar estreñimiento o diarreas que antes no padecía. Pero estas pueden no ser las únicas consecuencias de la cirugía. Siga leyendo y lo entenderá.
Entre los años 2000 y 2014, la cuarta parte de las cirugías del colon que se realizaban en EE.UU. eran para resecar pólipos no malignos. De hecho, el número de cirugías por ese motivo se incrementó progresivamente en ese período. Por si esto fuera poco, el grupo más afectado fue el de los pacientes de mediana edad. Esto implica que se asume la probabilidad de padecer secuelas de la cirugía durante un largo período de su vida. No es un asunto trivial.
Ahora bien, someterse a una cirugía para extirpar un pólipo benigno no sería un problema si los riesgos fueran similares a los de la endoscopia. Sin embargo, los datos son otros. Hasta un 15% de los operados por pólipos no malignos tuvieron complicaciones importantes tras la cirugía. Además, un 8% tuvieron que volver a ingresar y un 4% requirieron una segunda cirugía mayor. Más del 2% acabaron con un estoma (el final del intestino se aboca a la piel y hay que llevar una bolsa adherida donde se recogen las heces) y 1 de cada 150, fallecieron.

Como puede ver, la cirugía se debe reservar para cuando no haya ninguna otra opción mejor.

Las cinco posibilidades de rescate endoscópico.

Para extirpar los pólipos recurrentes sin que sea precisa una cirugía, las opciones de tratamiento endoscópico de rescate son estas cinco:

1. Resección Mucosa Endoscópica (RME)

Es probable que fuera la técnica que emplearon la primera vez que le extirparon la lesión. Se inyecta con una solución el tejido bajo el pólipo y se extirpa con un “lazo” que pasa a través del endoscopio. Se atrapa parte o toda la lesión con el asa y se corta mediante el paso de corriente eléctrica.
Para resecciones inicialmente fallidas y que han dejado pólipo residual se puede volver a usar la misma técnica. Sin embargo, la complejidad de la extirpación por endoscopia será mayor. Es probable, por tanto, que se requieran medidas adicionales. Puede ser precisa la extracción de remanentes del pólipo con una pinza (avulsión). O puede que haya que quemar los márgenes de la zona tratada (ablación).

2. Resección Mucosa en Inmersión (UEMR)

El acrónimo UEMR proviene del inglés “Underwater Endoscopic Mucosal Resection”. Es una variante de la RME que en los últimos años ha ido ganando adeptos entre los endoscopistas. En este caso, el remanente de tejido sobre la cicatriz no se sobreeleva, sino que se deja flotando el pólipo en el agua para extirparlo. Esa agua se introduce al colon a través del endoscopio. No la tenía usted ahí.

3. Disección Submucosa Endoscópica (DSE)

Requiere disponer de un endoscopista especialmente entrenado en esta técnica. Es una especie de microcirugía por endoscopia. Como en la RME, el pólipo se sobreeleva con una solución. A continuación, en lugar de un “lazo”, se emplean bisturís en miniatura que pasan a través del endoscopio. Con esta técnica se suele lograr la resección del pólipo en un único fragmento. Las desventajas: una mayor duración de la endoscopia y mayor probabilidad de complicaciones que con otras técnicas más convencionales.

4. Resección Transmural Endoscópica (RTMe)

En este caso, una especie de cepo atrapa la pared donde asienta el pólipo. Este “cepo” va cargado sobre el endoscopio. Luego, se realiza la resección con un “lazo”. Así se pueden analizar todas las capas de la pared del colon, ya que se extirpa el espesor completo de la misma.

5. Desbridamiento endoscópico con EndoRotor®

Se trata de un dispositivo muy novedoso que emplea un instrumento de corte superficial, rotatorio, y que succiona a la vez el tejido que va extirpando. Muy recientemente, se han publicado los primeros estudios sobre su aplicación en pacientes con pólipo complejos del colon. Más del 85% de las lesiones incluidas en este estudio eran recurrencias tras tratamientos previos no exitosos. Por el momento, la disponibilidad de este instrumental es muy limitada.

En definitiva, cuando le hayan resecado un pólipo del colon y vuelva a aparecer, debe saber que la cirugía no es su única opción. Casi seguro que le podrán ofrecer algún tipo de tratamiento de rescate, también por endoscopia.
Solicite una segunda opinión porque en una gran mayoría de las situaciones existe un tratamiento endoscópico que puede resolver su problema de manera menos invasiva que con una intervención quirúrgica. Si cree que podemos ayudarle, pida una cita.

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