Gastritis con ICAdig
¿Qué es La Gastritis?
La gastritis es una inflamación del revestimiento interno del estómago, la capa mucosa, que puede ser aguda o crónica, y se asocia con diversos síntomas y factores causantes.
Esta inflamación puede ser causada por diversos factores, como la presencia de la bacteria Helicobacter pylori, el uso prolongado de ciertos medicamentos o el consumo de alcohol.
Absorción de alimentos con La Gastritis
La gastritis, además de sus causas y síntomas, puede tener implicaciones en la absorción de ciertos nutrientes esenciales, como la vitamina B12 y el hierro.
En el caso de la gastritis autoinmune, se produce un déficit en las células del estómago que sintetizan una proteína, el factor intrínseco, que permite absorber la vitamina B12. Esto puede llevar a un tipo de anemia que se denomina anemia perniciosa.
La gastritis atrófica puede conducir a una disminución en la producción de ácido clorhídrico del estómago, lo cual es importante para la absorción de hierro. Esto podría contribuir a una anemia por deficiencia de hierro. Sin embargo, no es una situación frecuente y, cuando ocurre, generalmente sucede en etapas avanzadas de la gastritis crónica atrófica. Por ese motivo, en casos de anemia por deficiencia de hierro, se deben considerar otras causas además de la gastritis.
En términos de prevención, mantener hábitos alimenticios saludables y evitar el consumo de alcohol pueden contribuir a la prevención de la gastritis. De igual forma, es conveniente evitar el consumo de AINE salvo que su empleo sea preciso.
Tratamiento y Dieta para la Gastritis
El tratamiento de la gastritis se centra en aliviar los síntomas y abordar la causa subyacente. En muchos casos, se prescribe medicación para reducir la acidez de estómago, como inhibidores de la bomba de protones o antiácidos, para favorecer la curación de la mucosa gástrica. En el caso de una infección por Helicobacter pylori, se recetan antibióticos junto con medicamentos como el omeprazol o algún otro miembro de esta familia. Además, se pueden sugerir cambios en el estilo de vida, como evitar el consumo de alcohol. No existen evidencias científicas de calidad que permitan recomendar ningún tipo de dieta específica para mejora la gastritis.
En todo caso, parece razonable recomendar una alimentación suave que no irrite el estómago. Esto incluye alimentos bajos en grasas y condimentos, como pescado, pollo, arroz, avena, frutas y verduras cocidas. Recomendable evitar alimentos picantes, fritos, ácidos, cafeína y alcohol. Fraccionar las comidas en porciones más pequeñas a lo largo del día en lugar de comidas abundantes puede ayudar a reducir la carga en el estómago. La hidratación adecuada también es esencial.
Tipos de Gastritis
La gastritis es una condición que puede presentarse de varias formas, cada una con características específicas.
Se dividen en 3 grupos genéricos:
- Gastritis agudas o erosivas / hemorrágicas
- Gastritis no erosivas o crónicas.
- Gastritis específicas
- Gastritis Aguda o Erosiva y lesiones agudas de la mucosa gástrica:
Inflamación repentina y de corto plazo del revestimiento del interior del estómago (capa mucosa).
Puede estar relacionada con irritantes como el alcohol, ciertos medicamentos (preparados de hierro oral o cloruro potásico), tóxicos como la cocaína o la infección aguda por H. pylori.
Las lesiones agudas por estrés se dan en pacientes en situaciones críticas, ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos, en el postoperatorio de cirugías agresivas o en pacientes con enfermedades graves en otros órganos, como en el hígado, el riñón, el corazón o los pulmones. También pueden aparecer en grandes quemados y en pacientes con traumatismos craneoencefálicos graves.
- Gastritis Crónica:
Predomina en ella un infiltrado inflamatorio constituido por unas células defensivas o glóbulos blancos llamados linfocitos. En las formas agudas, la inflamación cursa con infiltrados por otro tipo de células: los neutrófilos.
Suele estar asociada con la infección por Helicobacter pylori.
- Gastritis crónicas no atróficas:
Suele afectar a la parte baja del estómago y está asociada a la infección por H. pylori.
También se denomina gastritis superficial o gastritis crónica antral.
- Gastritis Atróficas:
Caracterizada por la pérdida de células gástricas y atrofia de la mucosa. Suele deberse a la infección crónica por Helicobacter pylori y puede afectar tanto a la zona antral del estómago como al cuerpo.
Puede tener consecuencias a largo plazo, en especial un mayor riesgo de desarrollar lesiones pretumorales como la metaplasia intestinal. Con el paso de muchos años y en un pequeño porcentaje de pacientes, puede incluso desarrollarse un cáncer gástrico.
La gastritis autoinmune, que puede inducir una anemia perniciosa es un tipo especial de gastritis atrófica que tiende a provocar un descenso en los niveles de vitamina B12 y afecta sobre todo a la parte alta del estómago: el cuerpo gástrico.
- Gastritis específicas:
En algunos pacientes con enfermedad de Crohn, las úlceras que típicamente aparecen en el intestino delgado y el colon pueden llegar a afectar al estómago. Da lugar a un tipo de gastritis granulomatosa.
La irritación por la radiación que reciben algunos pacientes oncológicos sobre el estómago para tratar algunos tipos de cáncer también provoca una gastritis por radioterapia.
La gastritis linfocítica o varioliforme puede tener un componente autoinmune y estar asociada a la infección por H. pylori e incluso a la enfermedad celíaca.
La gastritis eosinofílica, cursa con un infiltrado de otro tipo de glóbulos blancos diferentes, los eosinófilos. Puede estar asociada a la esofagitis eosinofílica o a alergias alimentarias, pero también puede aparecer sin ninguna causa subyacente conocida.
Síntomas de La Gastritis
La gastritis, como tal, no provoca síntomas. Los provocan otras situaciones asociadas como las erosiones o las úlceras. Cuando los síntomas aparecen, se manifiestan de forma que pueden afectar el bienestar gastrointestinal y general del individuo.
El dolor abdominal es uno de los síntomas asociados más comunes. Este dolor se localiza generalmente en la parte superior del abdomen y puede manifestarse como una sensación de ardor o malestar persistente. Esta molestia puede intensificarse después de las comidas, y en algunos casos, puede estar acompañada de una sensación de plenitud o indigestión, haciendo que la digestión de los alimentos sea incómoda. Es lo que se llama, dispepsia.
La sensación de acidez estomacal es otro síntoma característico. Aquellos que sufren de esta condición a menudo experimentan una sensación de quemazón en el estómago, especialmente después de consumir alimentos ácidos o irritantes. Esta sensación puede extenderse desde la parte superior del abdomen hasta el pecho.
Las náuseas y los episodios de vómitos son síntomas que también pueden estar presentes. Estos síntomas pueden contribuir a la pérdida de apetito y la disminución del deseo de comer. La pérdida de peso también puede ser una consecuencia, ya que la incomodidad asociada con la gastritis puede llevar a una inapetencia general.
En situaciones más graves, las gastritis erosivas puede causar heces de coloración negruzca, lo que se denomina melenas, indicando que hay un punto sangrante en la mucosa del estómago. Además, algunos individuos pueden experimentar una sensación general de malestar, debilidad o fatiga, afectando su bienestar general.
Es fundamental destacar que la gravedad y la presentación de estos síntomas pueden variar según el tipo de gastritis y la causa subyacente. Ante la persistencia de estos síntomas se recomienda buscar la evaluación y el consejo de un profesional médico para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
Causas de La Gastritis
La gastritis, esa inflamación del revestimiento de la capa más interna del estómago, puede originarse por diversas causas.
Una causa común es la infección por Helicobacter pylori, una bacteria que puede infectar el revestimiento del estómago, desencadenando una respuesta inflamatoria. Esta infección es una de las principales causas de gastritis y puede persistir a menos que se trate específicamente con antibióticos.
El uso prolongado de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno o el naproxeno, es otra causa frecuente. Estos medicamentos pueden irritar la mucosa gástrica y aumentar el riesgo de desarrollar gastritis, especialmente en aquellos que los consumen de manera crónica.
El consumo de alcohol también puede desencadenar la gastritis al irritar y dañar el revestimiento estomacal. El alcohol puede causar inflamación y contribuir al desarrollo de la condición, especialmente en casos de consumo prolongado.
El reflujo de bilis hacia el estómago es otra causa potencial, ya que la bilis, al regresar desde el intestino delgado, puede irritar el revestimiento estomacal y llevar a la inflamación característica de la gastritis.
En casos menos comunes, enfermedades crónicas como la insuficiencia renal o hepática pueden afectar la salud del estómago y provocar lesiones en la mucosa del estómago como parte de sus efectos secundarios.
Es crucial entender que estas causas pueden interactuar y que la combinación de varios factores puede aumentar el riesgo de gastritis. Ante la presencia de síntomas persistentes, se recomienda buscar la evaluación de un profesional de la salud para un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
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