La endoscopia es el procedimiento médico que permite visualizar el interior del tracto digestivo y constituye una herramienta fundamental en el estudio de los trastornos gastrointestinales.
La endoscopia digestiva es la técnica más precisa para la evaluación de la mucosa del tubo digestivo. Los avances tecnológicos de los últimos años han permitido el desarrollo de sistemas ópticos de alta precisión que hacen posible la visualización de los vasos sanguíneos y los sistemas glandulares en los que ocurren la digestión y absorción de los nutrientes.
Se realiza mediante instrumentos flexibles que incorporan sistemas ópticos y electrónicos de alta tecnología, que hacen posible no solo la visualización de la capa mucosa, sino también, la realización de biopsias y procedimiento terapéuticos mínimamente invasivos.
En ICAdig te ofrecemos servicios de endoscopia digestiva avanzada para brindarte diagnósticos precisos y tratamientos efectivos.
En la actualidad se dispone de una amplia variedad de endoscopios, de diferentes longitudes, calibres y configuraciones, que permiten acceder a la totalidad del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, y más recientemente, también al interior de las vías biliares extrahepáticas y el conducto pancreático principal.
El desarrollo de los modernos sistemas ópticos de alta definición y de software de contraste vascular y mucoso, convierten a la endoscopia en la principal herramienta diagnóstica del cáncer y de las lesiones que lo preceden.
Por este motivo, es posible en la actualidad no solo su detección precoz, sino también su prevención mediante el tratamiento de los cambios mucosos precancerosos.
La inflamación crónica del colon y recto es la característica fundamental de la Enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa. Existe una amplia variedad de condiciones infecciosas, medicamentosas y autoinmunes que pueden producir tanto inflamación aguda como crónica. La toma de biopsias durante las endoscopias permite aclarar el mecanismo de la enfermedad y dirigir el tratamiento.
La endoscopia digestiva es la prueba de primera elección en el diagnóstico y tratamiento de cualquier signo de hemorragia interna.
Se caracterizan por el desplazamiento de la unión gastroesofágica de su posición anatómica normal en el abdomen.
Se denomina así a las protrusiones de la mucosa. Pueden tener diversas morfologías y ser secundarios a enfermedades inflamatorias y neoplásicas, benignas o malignas. La endoscopia no solo permite su detección, sino también su tratamiento.
Úlceras esofágicas, gástricas o duodenales
Las úlceras implican la pérdida de la integridad de la barrera mucosa. Sus causas son múltiples pero algunos medicamentos y la infección crónica de la mucosa gástrica por H. pylori son las causas más frecuentes.
La cicatrización asociada a la inflamación crónica de cualquier tipo, incluyendo el reflujo gastroesofágico y las úlceras intestinales, pueden producir zonas de estenosis, especialmente en áreas de menor calibre especialmente en el esófago, el duodeno o la parte izquierda del colon. Su dilatación endoscópica es el tratamiento de primera línea en la mayor parte de los casos.
La exposición crónica de la mucosa esofágica al ácido gástrico, produce en algunas personas cambios crónicos que predisponen al cáncer de la unión gastroesofágica. Su diagnóstico precoz y vigilancia periódica constituyen las principales medidas de prevención del cáncer en esta localización.
Causadas por reflujo gastroesofágico, infecciones por bacterias, hongos, virus o medicamentos. Con menor frecuencia, algunas condiciones alérgicas o autoinmunes también pueden producir esofagitis.
La cicatrización asociada a la inflamación crónica de cualquier tipo, incluyendo el reflujo gastroesofágico y las úlceras intestinales, pueden producir zonas de estenosis, especialmente en áreas de menor calibre especialmente en el esófago, el duodeno o la parte izquierda del colon. Su dilatación endoscópica es el tratamiento de primera línea en la mayor parte de los casos.
En la actualidad se dispone de una amplia variedad de endoscopios, de diferentes longitudes, calibres y configuraciones, que permiten acceder a la totalidad del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano, y más recientemente, también al interior de las vías biliares extrahepáticas y el conducto pancreático principal.
Antes de la endoscopia tendrá que estar en ayunas, por lo que no deberá comer ni beber nada durante varias horas.
En las endoscopias del colon y el recto es necesario realizar una preparación con laxantes para asegurar la limpieza del intestino.
En algunos casos, también es posible que deba dejar de tomar ciertos medicamentos antes del procedimiento. Dado que en la actualidad todos los procedimientos se realizan bajo sedación anestésica, deberá acudir a su cita acompañado por un adulto.
Su médico le proporcionará instrucciones específicas sobre cómo prepararse para el procedimiento.
Antes de comenzar la endoscopia, el personal médico revisará su historial clínico y cualquier síntoma que pueda tener.
Se tomarán medidas para monitorear sus signos vitales, como la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
La sedación anestésica garantiza que el paciente no tendrá molestias durante el procedimientos. Es posible que, en algunos casos, el anestesiólogo utilice también algún anestésico local en la garganta.
Durante el procedimiento se realiza una monitorización continua de tus constantes vitales: frecuencia cardíaca, oxígeno en sangre y tensión arterial.
El endoscopio es una sonda flexible con un sistema de iluminación y cámaras localizados en su extremo. También dispone de un sistema de insuflación de gas, generalmente aire o CO2, para distender el segmento intestinal a visualizar.
Mientras el paciente está acostado y sedado, el médico controla el desplazamiento del endoscopio a través del tubo digestivo mediante unos mandos que permiten una gran precisión de movimientos.
A medida que el endoscopio avanza, el médico dispone de imágenes en tiempo real en un monitor de video.
Se pueden tomar imágenes, para su evaluación posterior, y biopsias, si es necesario.
Si se detectan problemas durante la endoscopia, como pólipos o áreas estrechas, el médico puede realizar procedimientos terapéuticos en ese momento, como la extirpación de pólipos o la dilatación de áreas de estrechez.
Si se detectan problemas durante la endoscopia, como pólipos o áreas estrechas, el médico puede realizar procedimientos terapéuticos en ese momento, como la extirpación de pólipos o la dilatación de áreas de estrechez.
Después del procedimiento, te llevarán a una sala de recuperación hasta que los efectos de la sedación hayan desaparecido por completo.
Algunas personas pueden experimentar una ligera molestia en la garganta o en el abdomen, pero esto generalmente desaparece rápidamente.
Después de una sedación durante una endoscopia, algunas personas pueden experimentar ciertas molestias o efectos secundarios. Es importante tener en cuenta que la respuesta a la sedación puede variar de una persona a otra
Es crucial seguir las instrucciones del equipo médico después del procedimiento, incluyendo las pautas sobre la alimentación, la hidratación y la actividad física. Si las molestias persisten o se vuelven preocupantes, es importante comunicarse con el médico que realizó el procedimiento para obtener orientación adicional.
La sedación puede dejar a las personas con una sensación de somnolencia o cansancio. Es posible que deseen descansar y dormir durante un tiempo después del procedimiento.
Algunas personas pueden experimentar confusión leve o dificultad para concentrarse durante un breve período después de la sedación. Esto generalmente mejora rápidamente a medida que los efectos de la sedación disminuyen.
La garganta puede sentirse un poco irritada o adolorida después de una endoscopia oral. Su frecuencia varía dependiendo del tipo de endoscopio necesario para cada procedimiento, pero suele ser leve y siempre de corta duración.
Puede haber molestias leves en el abdomen debido al aire insuflado durante el procedimiento para facilitar la visualización. La expulsión del gas por boca o ano, en los minutos siguientes, soluciona las molestias en la práctica totalidad de los casos. Si no es así, su médico le indicará las medidas a tomar para minimizar las molestias.
Algunas personas pueden experimentar náuseas o vómitos leves después de la sedación. Esto es más común en procedimientos más prolongados o en personas propensas a este tipo de reacción.
La duración de una endoscopia digestiva puede variar según varios factores, como el tipo de procedimiento, la complejidad del caso, la necesidad de realizar procedimientos terapéuticos adicionales, y la respuesta individual del paciente. En general, la mayoría de las endoscopias del tracto digestivo superior, que incluyen el esófago, el estómago y el duodeno, suelen durar alrededor de entre 15 minutos y 60 minutos.
La duración de las endoscopias diagnósticas, especialmente si no es necesaria la realización de técnicas auxiliares especiales, es menor que en los procedimientos terapéuticos. El nivel de complejidad y dificultad técnica de estos últimos incluye procedimientos que pueden durar minutos a otros de varias horas, como los destinados al tratamiento del cáncer digestivo.
La recuperación de la sedación puede variar de una persona a otra, pero generalmente, muchos pacientes pueden sentirse alerta y capaces de abandonar el entorno médico en unos 15 o 20 minutos tras el procedimiento. Es importante seguir las instrucciones del equipo médico con respecto a las precauciones postoperatorias y la restricción de actividades, especialmente la conducción o la realización de actividades de riesgo que requieren un elevado nivel de atención.
Los factores clave relacionados con la duración de una endoscopia son los siguientes:
Algunas condiciones médicas pueden hacer que el procedimiento sea más complejo, lo que podría prolongar la duración de la endoscopia.
La facilidad de inserción del endoscopio y la necesidad de realizar maniobras adicionales pueden influir en la duración del procedimiento.
La duración del procedimiento puede variar según si se trata de una endoscopia diagnóstica estándar o si se están realizando procedimientos terapéuticos adicionales, como la extirpación de pólipos o la dilatación de áreas estrechas.
La administración de sedación puede afectar el tiempo que el paciente está en un estado de sedación y también puede influir en el tiempo total necesario para la endoscopia.
Además del tiempo de procedimiento en sí, se debe considerar el tiempo necesario para la preparación previa al procedimiento y la recuperación posterior.
Una indicación adecuada de la endoscopia es el primer paso para la solución de problemas digestivos en múltiples áreas:
Aunque la realización de una historia clínica de calidad es el elemento más importante de la orientación diagnóstica, en algunos casos es necesaria la visualización de la mucosa para evaluar su gravedad, pronóstico y la toma de biopsias.
En la mayor parte de las indicaciones será posible un tratamiento durante el mismo procedimiento diagnóstico inicial.
En procedimientos terapéuticos de mayor complejidad será necesario programar una segunda endoscopia de tratamiento.
En algunas enfermedades es necesario monitorizar periódicamente la actividad inflamatoria para definir la necesidad de cambios en los tratamientos farmacológicos.
Este es el caso del Esófago de Barrett, algunos tipos de gastritis crónicas y las enfermedades inflamatorias intestinales Colitis Ulcerosa y Enfermedad de Crohn.
La detección temprana de condiciones inflamatorias crónicas, pólipos y tumores permite su tratamiento mínimamente invasivo con altas tasas de curación. Esto es especialmente importante en el seguimiento preventivo de pacientes de alto riesgo de cáncer, especialmente aquellas personas portadoras de mutaciones genéticas que les confieren un mayor riesgo de neoplasias.
Entre éstas se incluyen el síndrome de Lynch, la poliposis adenomatosa familiar y una amplia variedad de condiciones que se asocian al cáncer digestivo y ginecológico entre otros.
La detección de trastornos asintomáticos puede ser clave en la implementación de tratamientos preventivos.
Este es el caso de algunas enfermedades hepáticas avanzadas, que pueden asociarse al desarrollo de varices en esófago o el estómago, que sin tratamiento pueden ser la causa de hemorragias graves.
En ICAdig nos esforzamos por ser líderes en la prestación de servicios de Gastroenterología General que van más allá del tratamiento convencional. Le atenderemos encantados, siempre de la mano de nuestros especialistas en aparato digestivo. En ICAdig, puede solicitar una videoconsulta, o una consulta presencial en uno de nuestros centros en Madrid (España).
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