Cáncer de páncreas del Aparato Digestivo

¿Qué es el Cáncer de páncreas?

El cáncer de páncreas es una enfermedad en la que las células malignas (cancerosas) se forman en los tejidos del páncreas, un órgano ubicado detrás del estómago y cerca del inicio del intestino delgado. El páncreas cumple dos funciones principales en el cuerpo: produce enzimas que ayudan en la digestión de los alimentos y hormonas, como la insulina, que regulan el metabolismo de los azúcares.

 

Causas del cáncer de páncreas

Las causas del cáncer de páncreas son complejas y multifactoriales, abarcando desde mutaciones genéticas hasta estilos de vida y factores ambientales. Aunque no se comprenden del todo, la investigación ha identificado varios factores de riesgo asociados con el desarrollo de esta enfermedad.

Mutaciones genéticas juegan un papel crucial tanto en formas hereditarias como adquiridas de cáncer de páncreas. Las personas pueden heredar de sus padres mutaciones en genes específicos que aumentan el riesgo, mientras que otras mutaciones pueden ocurrir a lo largo de la vida, pero solo en el propio tejido pancreático, debido a factores externos o por razones aún desconocidas.

El tabaquismo es uno de los factores de riesgo más significativos, aumentando casi el doble el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas en comparación con los no fumadores. Los productos químicos en el tabaco pueden dañar el páncreas, llevando a cambios celulares que pueden volverse cancerosos.

La obesidad también incrementa el riesgo de cáncer de páncreas, asociada con una inflamación crónica y alteraciones metabólicas que pueden favorecer el desarrollo de células cancerosas. Del mismo modo, la diabetes de larga duración se ha vinculado con un riesgo elevado, aunque se debate si es una causa directa o un síntoma temprano de la enfermedad.

La pancreatitis crónica, una inflamación prolongada del páncreas, aumenta el riesgo, posiblemente debido al daño constante y la regeneración celular que puede inducir cambios precancerosos.

La dieta y nutrición también influyen en el riesgo de cáncer de páncreas. Una dieta rica en carnes rojas y procesadas y baja en frutas y verduras puede contribuir al riesgo, aunque se necesita más investigación para entender completamente esta relación.

Factores como la edad y el sexo son igualmente relevantes; el riesgo aumenta con la edad, siendo más común en personas mayores de 45 años, y los hombres tienen un riesgo ligeramente mayor que las mujeres. Además, un historial familiar de cáncer de páncreas puede aumentar el riesgo, indicando una posible predisposición genética.

Estos factores subrayan la importancia de la prevención, la detección temprana y la investigación continua para entender mejor y combatir el cáncer de páncreas.

Estadios del cáncer de páncreas

El cáncer de páncreas, al igual que en el caso de otros tumores, se clasifica en estadios para describir su extensión y ayudar a guiar el tratamiento. Los estadios se basan en tres criterios clave conocidos como el sistema TNM: Tamaño del tumor (T), Afectación de los ganglios linfáticos (N) y Metástasis (M).

La estadificación del cáncer de páncreas es fundamental para determinar el curso más efectivo del tratamiento, que puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia, o una combinación de estos, dependiendo del estadio y de la salud general del paciente.

Origen del Cáncer de Páncreas

El páncreas tiene dos tipos principales de células con funciones diferentes: las células exocrinas, que producen enzimas digestivas, y las células endocrinas, que producen hormonas como la insulina. La mayoría de los cánceres de páncreas comienzan en las células exocrinas, conocidos como adenocarcinomas pancreáticos.

Proceso de Desarrollo

  1. Mutaciones Genéticas: Todo comienza con una o varias mutaciones en el ADN de una célula en el páncreas. Estas mutaciones pueden ser causadas por factores genéticos heredados, exposición a carcinógenos (como el tabaco), inflamación crónica del páncreas (pancreatitis), o pueden ocurrir sin razón aparente.
  2. Crecimiento Descontrolado: A diferencia de las células normales, que crecen y se dividen de manera ordenada, las células con mutaciones pierden estos controles. Esto les permite multiplicarse rápidamente, formando una masa de células cancerosas que puede crecer para formar un tumor.
  3. Invasión y Metástasis: Con el tiempo, el cáncer puede invadir tejidos y órganos cercanos. Además, las células cancerosas pueden desprenderse del tumor primario, entrar en el sistema linfático o sanguíneo, y formar nuevos tumores (metástasis) en otras partes del cuerpo, como el hígado o los pulmones.
 

Factores de Riesgo y Prevención

Aunque el proceso exacto por el cual comienza el cáncer de páncreas no se entiende completamente, se han identificado varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Incluyen el tabaquismo, la obesidad, la diabetes de larga duración, la pancreatitis crónica y ciertos antecedentes familiares de cáncer de páncreas o mutaciones genéticas. Minimizar la exposición a estos factores de riesgo, cuando sea posible, puede ayudar a reducir la probabilidad de desarrollar cáncer de páncreas.

 

Síntomas del cáncer de páncreas

Los síntomas del cáncer de páncreas pueden ser sutiles y varían de persona a persona, especialmente en las etapas tempranas de la enfermedad. A menudo, estos síntomas no se manifiestan hasta que el cáncer de páncreas ha avanzado y se ha diseminado a otras partes del cuerpo, lo que hace que su diagnóstico temprano sea un desafío. A continuación, se describen algunos de los síntomas más comunes asociados con el cáncer de páncreas:

Dolor Abdominal y de Espalda

Un síntoma frecuente es el dolor en el abdomen, que puede irradiarse hacia la espalda. Este dolor puede deberse a que el tumor presiona los órganos y nervios cercanos o a que ha comenzado a invadir estructuras adyacentes. De forma característica, el dolor tiende a mejorar cuando el paciente se inclina hacia delante cuando permanece sentado.

Pérdida de Peso y Apetito

La pérdida inexplicable de peso y la disminución del apetito son síntomas comunes en muchos tipos de cáncer, incluido el cáncer de páncreas. Las causas de la pérdida de peso y la pérdida de apetito en el cáncer de páncreas son multifactoriales y complejas. Una de las principales causas es la insuficiencia pancreática exocrina (IPE), que se caracteriza por una deficiencia en la secreción de enzimas pancreáticas debido a la obstrucción provocada por el tumor, lo que resulta en maldigestión y malabsorción de nutrientes, contribuyendo a la malnutrición.

Otra causa significativa es la caquexia, un síndrome multifactorial que afecta a la mayoría de los pacientes con cáncer de páncreas. La caquexia se caracteriza por la pérdida de masa muscular y grasa, y está mediada por una combinación de factores tumorales y del huésped, incluyendo moléculas inflamatorias que promueven la destrucción de grasas y proteínas, sin que puedan llegar a emplearse para que el paciente pueda nutrirse.

Además, puede existir inflamación de los nervios cercanos al páncreas, lo que contribuye a la pérdida de apetito y de peso.

La disfunción metabólica inducida por el tumor, como el aumento del consumo de glucosa y la formación de glucógeno en el hígado, también contribuye a la caquexia.

Ictericia

La ictericia, que se caracteriza por un tono amarillento en la piel y los ojos, es otro síntoma común. Esto ocurre cuando el cáncer bloquea el conducto biliar, impidiendo que la bilirrubina (un producto de desecho) sea eliminada del cuerpo de manera eficaz. Para que el paciente presente esta coloración, el cáncer debe estar localizado en la cabeza del páncreas, que es la zona que, al aumentar de tamaño, provoca la obstrucción de la salida de la bilis por el colédoco.  

Cambios en las Heces y la Orina

Los cambios en el color y la consistencia de las heces pueden ocurrir, volviéndose pálidas, grasosas o malolientes, debido a la malabsorción de las grasas. La orina puede tornarse oscura debido al aumento de bilirrubina en la sangre.

Náuseas y Vómitos

En algunos casos, las personas experimentan náuseas y vómitos, especialmente si el tumor invade el estómago o el duodeno, limitando su capacidad para vaciarse completamente y provocando obstrucción en la zona.

Otra causa importante de estos síntomas es la alteración en los movimientos normales del estómago. En pacientes con cáncer de páncreas, la motilidad gástrica puede estar alterada debido a la infiltración tumoral de los plexos nerviosos de la zona, lo que resulta en un vaciamiento gástrico retardado. Esto puede ocurrir incluso en ausencia de invasión o obstrucción directa del estómago o el duodeno. Aproximadamente 6 de cada 10 pacientes con cáncer de páncreas presentan vaciamiento gástrico retardado, y uno de cada tres experimentan náusea y vómito.

Además, la invasión en los nervios cercanos por el propio tumor puede contribuir a la náusea y el vómito. Esta invasión de los nervios por células tumorales puede causar inflamación y alterar la transmisión del dolor y otros estímulos, lo que puede exacerbar los síntomas gastrointestinales.

Fatiga

La fatiga extrema, que no se alivia con el descanso, es otro síntoma que pueden experimentar las personas con cáncer de páncreas, aunque es un síntoma común en muchos problemas de salud.

Diabetes de Reciente Diagnóstico

En algunos casos, el cáncer de páncreas puede afectar la producción de insulina, llevando al diagnóstico de diabetes en personas sin historia previa de esta condición.

Es importante destacar que muchos de estos síntomas pueden ser causados por afecciones benignas y no necesariamente indican la presencia de cáncer de páncreas. Sin embargo, si experimentas uno o más de estos síntomas persistentemente, es crucial consultar a un especialista del aparato digestivo

Tratamiento para el cáncer de páncreas

El tratamiento para el cáncer de páncreas depende de varios factores, incluyendo la etapa del cáncer, la ubicación del tumor, la salud general del paciente, y sus preferencias personales. Los principales tipos de tratamientos incluyen:

Cirugía

La cirugía es a menudo la primera opción considerada para el cáncer de páncreas si se diagnostica en una etapa temprana y el tumor se considera resecable (es decir, puede ser completamente extirpado).

  • Duodenopancreatectomía cefálica o cirugía de Whipple: Involucra la extirpación de la parte del páncreas donde se encuentra el tumor, parte del intestino delgado, la vesícula biliar y, a veces, parte del estómago. Es el tipo de cirugía más común para el cáncer de páncreas ubicado en la cabeza del páncreas.
  • Pancreatectomía distal se utiliza para tumores en el cuerpo y la cola del páncreas.
  • Pancreatectomía total: Se extirpa todo el páncreas, parte del estómago, parte del intestino delgado, el bazo, la vesícula biliar y los ganglios linfáticos cercanos. Esta opción es la más infrecuente y se reserva, entre otros, para tumores malignos que se extienden desde la cabeza del páncreas hacia el páncreas izquierdo, donde no es posible asegurar un margen de resección libre de tumor con una resección parcial.

Radioterapia

Este tratamiento utiliza rayos de alta energía para destruir las células cancerosas. La radioterapia puede ser externa (dirigida al cáncer desde una máquina fuera del cuerpo) o interna (braquiterapia, donde la fuente de radiación se coloca dentro o cerca del tumor). Para los tumores resecables y marginalmente resecables, la radioterapia neoadyuvante puede ser utilizada para reducir el tamaño del tumor y mejorar las tasas de resección completa. En estos casos, se emplea junto a la quimioterapia.

En el contexto de tumores localmente avanzados no resecables, la radioterapia puede ser utilizada como terapia definitiva, dado que puede mejorar el control local del tumor y proporcionar alivio sintomático, como la reducción del dolor.

Para pacientes que han sido sometidos a cirugía, administrar radioterapia a continuación de la cirugía puede considerarse en aquellos pacientes que tiene tumores con características de alto riesgo, como márgenes quirúrgicos positivos o afectación ganglionar. En combinación con quimioterapia ha demostrado mejorar el control locorregional y puede ser beneficiosa en estos casos.

Quimioterapia

Involucra el uso de medicamentos para destruir las células cancerosas, generalmente administrando los fármacos por vía oral o intravenosa. La quimioterapia puede usarse antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor, después de la cirugía para eliminar cualquier célula cancerosa restante, o como tratamiento principal cuando la cirugía no es una opción.

Para los pacientes con cáncer de páncreas resecable o marginalmente resecable, la quimioterapia neoadyuvante puede ser utilizada para reducir el tamaño del tumor y mejorar las tasas de resección complete.

En el caso de cáncer de páncreas localmente avanzado no resecable, la quimioterapia de inducción es una estrategia importante. Algunas combinaciones de quimioterápicos permiten controlar la progresión de la enfermedad, reducir los síntomas y mantener la calidad de vida. En algunos pacientes, esta quimioterapia puede convertir tumores inicialmente no resecables en resecables.

Para pacientes con cáncer de páncreas metastásico, la quimioterapia sigue siendo el pilar fundamental del tratamiento. 

En todo caso, todos los pacientes con adenocarcinoma pancreático extirpado quirúrgicamente deben recibir quimioterapia adyuvante para prevenir la recurrencia temprana del tumor. 

Terapia Dirigida

La terapia dirigida utiliza medicamentos o sustancias para identificar y atacar específicamente las células cancerosas, causando menos daño a las células normales. Estos tratamientos se basan en pruebas específicas de las células cancerosas para determinar las mutaciones genéticas o las proteínas que promueven el crecimiento del cáncer, ofreciendo una opción para pacientes con ciertos tipos de cáncer de páncreas avanzado.

Un ejemplo prominente es el uso de inhibidores de PARP en tumores de páncreas que presentan mutaciones en los genes BRCA.

Otras terapias dirigidas incluyen el uso de anticuerpos conjugados con fármacos, que pueden reconocer antígenos específicos en la superficie de las células tumorales, reduciendo la exposición del resto del organismo al fármaco y la toxicidad de los quimioterápicos.

Inmunoterapia

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento que ayuda al sistema inmunitario del cuerpo a luchar contra el cáncer. Aunque su uso en el cáncer de páncreas es aún limitado, puede ser una opción para ciertos pacientes, especialmente aquellos con características moleculares específicas en sus tumores.

Recientemente, se está empleando el uso de inhibidores de puntos de control inmunitarios, como pembrolizumab, en cánceres de páncreas con trastorno en el sistema de reparación de errores del ADN.

Manejo de los Síntomas y Cuidados Paliativos

Dado que el cáncer de páncreas puede causar síntomas significativos y afectar la calidad de vida, el manejo del dolor y otros síntomas es una parte importante del tratamiento. Los cuidados paliativos se centran en mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias, abordando el dolor, los síntomas y los efectos secundarios psicológicos y sociales tanto del cáncer como los asociados a su tratamiento.

¿Cómo comienza el cáncer de páncreas?

El cáncer de páncreas comienza cuando las células en el páncreas, un órgano ubicado detrás del estómago, desarrollan mutaciones en su ADN. Estas mutaciones provocan que las células crezcan y se dividan de manera descontrolada, acumulándose para formar un tumor. Con el tiempo, estas células cancerosas pueden invadir tejidos cercanos y diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis).

Detección Temprana

Desafortunadamente, el cáncer de páncreas rara vez causa síntomas en sus etapas iniciales, lo que hace que el diagnóstico temprano sea desafiante. No existen métodos de detección estándar para personas de riesgo promedio, aunque la investigación está en curso para encontrar maneras efectivas de detectar la enfermedad antes. Para aquellos con un alto riesgo debido a factores genéticos o familiares, los médicos pueden recomendar vigilancia regular con pruebas de imagen, como la resonancia magnética (RM) o la ecoendoscopia. En cualquier caso, la efectividad de estas medidas no está demostrada en la actualidad, incluso para pacientes con aumento del riesgo.

 

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