Omeprazol y demencia

¿Consumir IBPs provoca deterioro cognitivo?

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La pregunta del millón en las consultas de digestivo. ¿Puede el omeprazol estar relacionado con la demencia? Como la respuesta no es tan sencilla, sigue leyendo y descubrirás información muy valiosa sobre el tema.

Omeprazol y demencia: El origen

La relación entre omeprazol y demencia es un asunto que va y viene. Sobre todo, desde la aparición, allá por el 2013 de un estudio científico que fue sobredimensionado por la prensa. Provocó un intenso revuelo.

Alguien dijo una vez: “Nunca dejes que la verdad te estropee un buen titular”.

Y es que, en realidad, aquel estudio relacionaba el uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP) con el déficit de vitamina B12 (una de las pocas causas tratables de demencia). Pero el estudio original (1) para nada asociaba la demencia con el omeprazol y otros fármacos similares.

Ya hablamos del omeprazol y el resto de su familia en otro post. Allí ya decíamos que la mayoría de los eventos adversos con su uso crónico se han detectado en estudios de baja o moderada calidad científica. No existen, generalmente, datos de alta calidad, por tanto, que establezcan una relación causa-efecto entre el uso de IBPs y muchos de los eventos adversos que se le achacan.

Pero lo de la demencia y el uso de “protectores de estómago” a largo plazo sigue preocupando. Y es que, la posibilidad de desarrollar una enfermedad neurológica que no tiene cura genera angustia. Con razón.

Por eso, en este post te vamos a contar todo lo que necesitas saber y a analizar los hechos.(1)

¿Puede el omeprazol afectar al cerebro?

Parece una tontería, pero si un medicamento no llega a pasar al cerebro, será raro que puede dar problemas allí.

Por eso es importante seguirle la pista. Cuando tomas un IBP y, a través del intestino pasa a la sangre, se une a las proteínas  que hay en el plasma para distribuirse. Eso es así para el 95% de la dosis que absorbes (2). Y esa pareja, el IBP y la proteína, tiene un tamaño importante. Tanto, que es muy difícil que atraviese la barrera hematoencefálica (BHE).

¿Y qué es la BHE? Pues un sistema de “bloqueo” formado por células de los vasos sanguíneos del cerebro que se unen muy estrechamente. Hace la labor de un grupo de porteros de una discoteca muy exclusiva. Si no les gusta tu aspecto no te dejan entrar. Al oxígeno y a la glucosa les dejan pasar sin problemas. Pero a los tóxicos, a muchos medicamentos y a sustancias unidas a proteínas les ponen muchas pegas y, por lo general, no pasan. En resumen, el omeprazol y otros IBP lo tienen difícil para entrar en la discoteca.

De hecho, aunque existen datos que sugieren que el omeprazol podría pasar al cerebro atravesando la BHE, esto solo se ha demostrado en ratones de laboratorio (3) y no hay pruebas irrefutables de que esto suceda en humanos.

¿Cómo afectan los IBPs al cerebro?

En el Alzheimer se encuentran unos depósitos que no aparecen en el cerebro sano. Se trata de la beta amiloide y de la proteína tau.

La beta amiloide es una sustancia pegajosa que se va acumulando en el cerebro de las personas con Alzheimer. Y forma placas.
La proteína tau se encarga de transportar nutrientes dentro de las células cerebrales. Pero en el Alzheimer, la tau se descompone y forma unos ovillos de fibras retorcidas.
Cuando se juntan las placas de beta amiloide y los ovillos de tau dañados, bloquean la comunicación entre las células cerebrales.

¿Y pueden el omeprazol y otros IBP tener algo que ver con esto? En estudios celulares y en ratones de laboratorio hay datos de que estos fármacos podrían aumentar el depósito de amiloide (4) e interaccionar con la proteína tau (3).

Más recientemente, se han sugerido otros mecanismos, como la degeneración de neuronas del sistema colinérgico. Y es que, en varios tipos de demencia, hay un déficit de un mensajero químico llamado acetilcolina. Al haber menos acetilcolina, se empiezan a interrumpir los mensajes entre las neuronas. Es como si el teléfono que usan para hablar entre ellas se dañara. ¿Qué pintarían aquí los IBP? Podrían interaccionar con la fábrica de acetilcolina, reduciendo su producción. Y a menos acetilcolina, más problemas neurológicos. De nuevo, estamos hablando de estudios basados en modelos informáticos y complejos análisis de laboratorio (5). No hay otras pruebas que lo apoyen.

Resumiendo: pocas pruebas, diferentes posibles mecanismos y ausencia de estudios en humanos.

Estudios apoyando la relación IBP y demencia

En los últimos años vienen apareciendo estudios contradictorios sobre la relación entre demencia y consumo de IBPs.

Todos ellos de fármaco-epidemiología. ¡Bonito palabro! Básicamente, se trata de buscar asociación (¡ojo, que no se puede demostrar que haya relación causa-efecto!) entre el uso de un medicamento y la enfermedad en cuestión. El omeprazol y otros IBP con la demencia en nuestro caso.

Y es que, solo en este año, han aparecido dos estudios que sugieren un aumento del riesgo de demencia con el uso de estos fármacos. Ambos emplean o bien registros de la población, o datos de otros estudios en marcha.

Uno de ellos es danés (6) e incluyó a casi 2 millones de personas de más de 60 años. El riesgo de demencia aumentó entre un 3% y un 36% en consumidores de IBP

. Curiosamente definieron como consumidor a todo aquel a quien se le había prescrito alguno de estos medicamentos al menos en dos ocasiones en los años anteriores al inicio del seguimiento. Un criterio muy, pero que muy, laxo. La otra curiosidad de este estudio: En las personas más mayores, de 80 años o más, el riesgo de desarrollar demencia no se asociaba con el consumo de IBPs. De hecho, se reducía en comparación con los individuos más jóvenes. Raro, raro, para una enfermedad que aumenta con la edad, ¿no crees?

La otra publicación es estadounidense. Incluyó más de 5.000 pacientes de un estudio sobre el riesgo de arterioesclerosis (7). Los siguieron unos 5 años. Aquí, cuando analizaron a toda la población en bloque, no detectaron un riesgo mayor de demencia en consumidores de IBP. Sin embargo, cuando miraron si había asociación según el tiempo que llevaban tomando esos medicamentos, detectaron un moderado aumento del riesgo en quienes los habían consumido más de 4 años.

Este último estudio también tiene problemas relevantes cuando sacamos la lupa. Cuando tuvieron en cuenta otros múltiples factores que pueden predisponer a la demencia (edad, sobrepeso, hipertensión, etc…) el supuesto aumento del riesgo con los IBP desaparecía. Parece, pues, que el riesgo de demencia está apoyado en múltiples y diferentes factores como para culpar solo al omeprazol y su familia.

En resumen, estos dos últimos estudios encontraron lo que llamamos, asociación. Con todas las importantes limitaciones de ambos.

Pero cuidado con la asociación. Se trata de una relación observada entre dos factores (aquí, la exposición a los IBP y el riesgo de demencia), pero no implica necesariamente que una sea la causa de la otra. Esto último requiere demostrar que un factor (la exposición al IBP) causa el resultado (la demencia). Y eso se consigue, idealmente, a través de un ensayo controlado. Este tipo de experimento no existe a día de hoy.

Confusión estadística ¿Realidad o espejismo?

Y hay más. En los estudios de los que disponemos no podemos descartar que exista confusión estadística. ¿Y cuándo puede haber esta confusión estadística? Cuando un factor externo está asociado tanto con la exposición como con el resultado, produciendo una asociación aparente entre ambas pero que no es real. Te lo traduzco a continuación.

Imagínate lo siguiente: Unos investigadores encuentran que las personas que toman vitaminas tienen menos riesgo de cáncer. Entonces, podrías pensar que tomar vitaminas protege del cáncer. Pero resulta que las personas que toman vitaminas suelen hacer más ejercicio y comer más saludable que aquellas que no las toman. Y sabemos que el ejercicio y la buena alimentación ayudan a prevenir el cáncer. Así pues, lo que puede estar pasando no es que las vitaminas prevengan el cáncer, sino que las personas que las toman tienen estilos de vida más saludables. Parece que las vitaminas previenen el cáncer, pero en realidad no es así.

Con los IBP y la demencia es muy probable que suceda lo de este último ejemplo. Muchas personas mayores, con otras enfermedades y otros factores de riesgo para desarrollar demencia toman IBPs. Por tanto, la asociación puede no ser real sino un artefacto estadístico.

Omeprazol y demencia: Datos en contra

Estudios que contradicen la asociación entre IBPs y demencia también hay unos cuantos y el diseño de estas investigaciones, suele estar mejor realizado.

En uno de ellos, con casi 10.500 personas de más de 50 años (8), se detectó justo lo contrario. El uso de IBPs protegía del deterioro cognitivo y la demencia.

En otro con más de 17.500 pacientes seguidos durante 3 años, en el contexto de un ensayo clínico con aspirina, anticoagulante y pantoprazol (9), tampoco se comprobó un aumento de casos de demencia.

Finalmente, hay una publicación de este mismo año y otra de 2019  que resumen los resultados de múltiples estudios y, por tanto, son de alta calidad científica que descartan la asociación entre estos medicamentos y la demencia (10,11).

Uso responsable de IBPs

Los estudios que relacionan al omeprazol y su familia con la demencia no aportan pruebas definitivas. Ni de lejos. Incluso los datos que apoyan que los IBPs podrían dañar el tejido cerebral no son concluyentes (salvo que seas un ratón de laboratorio).

Y que veamos un estudio definitivo en el futuro es muy improbable. El ideal sería dar IBPs a un grupo de adultos mayores y a otro no. Seguirlos muchos años y ver cuántos desarrollan demencia en cada grupo. Se antoja muy difícil. Tanto para financiarlo como para conseguir vigilar a esos individuos tantos años.

Por ahora con los mejores estudios en la mano, los que tienen más pacientes y los siguen en el tiempo, tenemos que decantarnos por la ausencia de una relación entre la demencia y estos medicamentos. Lo contrario es pura especulación.

Por cierto, eso no invalida el hecho de que tanto los IBPs como cualquier otro medicamento, tienes que usarlos sólo cuando estén indicados por tu médico y únicamente por el tiempo que te hagan falta.

Y ya sabes… Si buscas una consulta de aparato digestivo porque tienes esta u otras cuestiones sobre tu tratamiento con IBPs, contáctanos hoy.

REFERENCIAS:

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