Microbiota intestinal

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El término microbiota intestinal designa un amplio grupo de microorganismos residentes en el intestino humano. Su importancia en múltiples ámbitos de nuestra salud ha despertado un importante interés científico, favorecido en las últimas décadas por el desarrollo de nuevas tecnologías y análisis genéticos que permiten su estudio a gran escala.

¿Solo bacterias?

Aunque gran parte de la atención científica se ha centrado en las bacterias, lo cierto es que la microbiota intestinal incluye también a un importante grupo de otros microorganismos como arqueas, hongos y virus. Entre estos últimos, un numeroso grupo de “bacteriófagos”, virus que infectan bacterias, han sido descritos como un componente estable y significativo de este complejo ecosistema.

Cada individuo tiene una composición única de microorganismos, pero compartimos ciertos patrones comunes con personas de nuestro ámbito geográfico y con estilos de vida similares. Aunque por lo general se mantiene estable durante largos períodos de tiempo, el envejecimiento, otras enfermedades, los tratamientos farmacológicos y especialmente cambios en la alimentación, pueden modificar de forma sustancial su composición y funcionalidades de forma temporal o permanente.

Microbiota intestinal y salud

Su papel en nuestra salud es indudable. Solo los microorganismos que habitan nuestro intestino superan en número y en capacidades metabólicas a las células del hígado, el órgano más grande del cuerpo, por lo que muchos investigadores defienden que la microbiota intestinal podría considerarse como un órgano más, cuya actividad es imprescindible para la preservación de la salud. Sus complejas interacciones con las células de nuestra mucosa modulan una amplia variedad de funciones intestinales que incluyen su permeabilidad, estado inflamatorio, la absorción de nutrientes y la multiplicación de sus células.

Los efectos de estos microorganismos en nuestro metabolismo han sido estudiados cada vez con mayor detalle. Múltiples investigaciones han apreciado claras diferencias entre la microbiota de personas obesas y la de personas de su misma edad y sexo pero que tienen un peso adecuado. En modelos experimentales se ha podido demostrar que las ratas de laboratorio criadas desde su nacimiento en ambientes estériles, y por lo tanto sin microorganismos en sus intestinos, no solo son más delgadas que los animales criados en condiciones normales, sino que también tienen mayores dificultades para ganar peso incluso cuando son alimentadas con dietas hipercalóricas e importantes déficit en su desarrollo y comportamiento.

El cáncer es otra de las enfermedades en las que microbiota pueda influir en el riesgo de enfermar. Solo como ejemplo, la presencia de Fusobacterium, un tipo de bacterias poco habituales en el intestino sano, puede aumentar de manera significativa el riesgo de desarrollar cáncer de colon y recto.

Múltiples moléculas bacterianas, que incluyen azúcares, ácidos grasos o fragmentos de su material genético, pueden atravesar la barrera intestinal y alcanzar la sangre, influyendo en el funcionamiento de otros órganos y sistemas. Es especialmente relevante el hallazgo de que algunas bacterias tienen la capacidad de fabricar neurotransmisores, sustancias capaces de influir en nuestras células nerviosas. Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y varias especies de Bacillus pueden producir dopamina, uno de los neurotransmisores más importantes en humanos, con múltiples funciones en la regulación del estado de ánimo, el placer y el control del movimiento. Las concentraciones en sangre del ácido gamma-aminobutírico, otro neurotransmisor clave con importantes funciones en la regulación del comportamiento, los ciclos de sueño y la regulación del dolor, parecen igualmente influenciables por el metabolismo de bacterias intestinales comunes, tales como bifidobacterias y lactobacilos. Estos hallazgos abren nuevas líneas de investigación sobre el papel de alteraciones en la composición de la microbiota en la depresión y algunas enfermedades neurodegenerativas.

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